La Asociación Amigos de Villasante se ha decidido a intervenir en la polémica de la futura cantera de Quintanilla de Sopeña que está generando cada vez una mayor crispación y alarma social.
La noticia de la futura instalación de una cantera o planta de triturado (o simple extración de caliza, como algunos pretenden llamarlo) en la peña situada entre Bercedo y Villasante, en el término de Quintanilla de Sopeña, está levantando una polvareda de opiniones; eso sí, polvareda no mayor a la que dicha cantera producirá en la extracción de piedra.
Se da la circunstancia que en la propia Merindad de Montija contamos en El Ribero (a 1,5 km al sur de Villasante) de una planta de estas características (Cantera El Ribero) y a otros 3 km, en Quintanilla de Pienza, existe otra planta similar (Hormigones Granosa). Con el nuevo proyecto en Quintanilla Sopeña serían tres, quedando Villasante entre dos canteras siendo ésta, por tanto, la localidad más perjudicada.
IMPACTO MEDIOAMBIENTAL Y PERJUICIO PARA LA SALUD
Desde Vivanco de Mena (donde hay otra cantera) hasta Villasante, está la ladera de la Peña, que es una zona de vegetación digna de admiración y conservación, siendo una de las más bellas de la comarca, como lo pueden atestiguar todas las personas que conocen estos parajes.
La instalación de esta nueva planta en Quintanilla Sopeña supone un grandísimo deterioro medioambiental y de calidad de vida y salud para las personas de la zona. Actualmente Villasante (a 1 km al sur de Quintanilla) se encuentra en ocasiones con problemas de ruido y polvo procedentes de la planta de El Ribero, con lo que la nueva planta de Quintanilla Sopeña -a menos distancia- multiplicaría estos efectos negativos y las consecuencias podrían ser insoportables.
NO SE NECESITA
En un radio de 5 o 6 km, actualmente hay 3 plantas de estas características en la zona: El Ribero, Quintanilla de Pienza y Vivanco de Mena, por lo que no se entiende que se ponga otra más, salvo que el asunto se mire desde el prisma de los intereses económicos personales y del oscurantismo institucional de la zona, no pudiendo de ningún modo primar estos intereses sobre el medio ambiente, la salud de las personas y su calidad de vida, pues resulta inconcebible que en los tiempos actuales se pueda plantear algo así y, además, desde una falta de transparencia total. Quizá quien lo promueve o quien lo autoriza lo presenta como un proyecto maravilloso, carente de todo tipo de peligro, pero la experiencia y las evidencias son bien distintas y por eso no debe promoverse ni apoyarse.
En definitiva, no sacrifiquemos algo que nos ha sido «dado» para disfrutar y conservar y no para «explotar»; no sacrifiquemos nuestra zona en beneficio particular de nadie, bajo excusas de prosperidad, pues son precisamente otro tipo de proyectos los que se necesitan en las Merindades, y no proyectos que «degraden» la comarca y perjudiquen a las personas, su salud y su calidad de vida, pues proyectos como éste sólo se hacen desde la falta de escrúpulos.
Apostemos por el progreso, pero siempre desde la preservación del Medio Ambiente, piedra angular sobre la que debe girar nuestra mejora constante de la calidad de vida. Hagamos atractiva la Merindad de Montija, pero no con proyectos transgesores, sino para vivir, para descansar, para disfrutar de la vida, fomentando la creación de empresas (no contaminantes), promocionando el turismo…
Tenemos, por tanto, muchos frentes para trabajar, así que confiamos en el sentido común para que lo que puede suponer una herida de muerte para Quintanilla Sopeña, para Villasante y para la zona, sea al final sólo un mal sueño.